Era 28 de Febrero, la aplicación del facebook
hacia dos días que me había avisado que se acercaba su cumpleaños, el
mismo día 28 de febrero volvía a insistir.
Le felicité bien
temprano, no recuerdo la hora que era, es igual, no tiene importancia.
El no tardo mucho en darme las gracias, como había hecho ya con los
demás amigos que tenía en su cuenta. Era sumamente cuidadoso, ¡no podía
ser menos! Formal y bien educado, ¡un niño ejemplar!
Tenía varias peticiones en mi cuenta para que le ayudara realizar
varias ayudas en los juegos. Nos ayudábamos mutuamente. Era de los pocos
que se había atrevido a desafiarme a Apalabrados.
Ya hacía varios
años que empezamos a ser amigos. Recuerdo que en Manzanares, donde
pasamos varios años, bajaba a casa a jugar con Andrés, Ángel y conmigo,
aunque al final siempre acababa viendo la tele, donde le ponía a
doraemon, que tanto le gustaba. Recuerdo los días de campo en las
lagunas de Ruidera, en el Peral, y otros muchos…
Lo hemos visto crecer y evolucionar, como iba ganando en Kempo y se hacia un hombre. Era constante y competitivo.
Recuerdo ese día que me llamo Juan, para darme la noticia, tuve que sentarme, aun no lo creo…
Soy cristiano, creo en Dios, intento ser consecuente con mis actos y
Cristo Jesús guía mi vida. Mis padres me enseñaron a ser cristiano y yo
decidí serlo.
Pero aquella tarde, en el tanatorio de Jaén…
no quiero decir, ni contradecir los hechos de Dios… Pero soy padre…
no quiero siquiera ponerme en lugar de los padres que pierden un hijo,
ni de los hermanos, ni en el de los abuelos, no quiero ni puedo entender
sus sentimientos. No quiero ponerme en su lugar, insisto.
Recuerdo el pasaje de la biblia Dios ordena a Abraham que sacrifique a Isaac y como Dios detiene la mano…
Recuerdo la resurrección de Lázaro, y las siete últimas palabras de
Cristo en la cruz (esa que porto cada Jueves Santo) y su última frase
“padre en tus manos encomiendo mi espíritu”.
Sé que Dios escribe nuestra vida con renglones torcidos, pero no entiendo que se quede sin tinta, en la de un niño tan Genial.
… Antes, rezaba: Ángel de la guarda dulce compañía… y ahora digo: Miguel Ángel de la guarda…